domingo, 24 de abril de 2011

Reforma laboral… Huelga general!


La actual crisis económica mundial que azota al capitalismo, es una de las tantas continuas y periódicas que el capitalismo en su más alta descomposición viene imponiéndole al conjunto de la humanidad. Más, sin embargo, los estragos de dichas crisis cada vez resultan más horrendas, como lo puede evidenciar la que estamos viviendo recientemente, que ha llevado inclusive a la bancarrota de algunos Estados, como el caso del Griego.

Mas, las burguesías del mundo entero, a modo de pretender asegurar por todos los medios la continuidad de su sistema de explotación, un sistema ya insostenible, que ya no puede ofrecer a la humanidad más que guerras, explotación, miseria, devastación…se hace de medidas encaminadas a la precarización de la vida del conjunto del proletariado mundial, para tratar de darse un respiro.

Estas medidas no son nuevas, ni en nuestro País, ni en el mundo entero.
En México, durante la crisis del 95, tiempo en el cual el PIB se contrajo hasta un 6.5% y, la inflación alcanzo hasta el 45% con relación al incremento salarial del 12%, la burguesía Mexicana además de recurrir al “apoyo económico”, principalmente de la burguesía Estadounidense, tuvo que recurrir a medidas encaminadas a deteriorar aun más la vida de los obreros. Así, dentro de dichas medidas se decretó el incremento del 10 al 15% al IVA, además de incrementar hasta el 150% mas, las semanas requeridas para tener derecho al “seguro de retiro por cesantía en edad avanzada y por vejez”, pasando de las 500 a las 1250 respectivamente.

Bajo este contexto de crisis, las burguesías de todos los Estados y de todas las sotanas (izquierdas como de derechas), actúan unificadamente, como una sola clase, asestando medidas reaccionarias que atentan contra las condiciones de vida de los estudiantes, empleados, desempleados, jubilados, etc., es decir, del proletariado en su conjunto.

Por toda Europa, se vienen imponiendo salvajes medidas de austeridad, medidas encaminadas a reducir el gasto público, alzas a los precios de los servicios y productos de primera necesidad, a atentar contra las prestaciones que han logrado mediante la sangre de miles de obreros alcanzar, como por ejemplo, el aumentar el lapso de tiempo requerido para que un trabajador tenga derecho a una jubilación, además de congelar los salarios, en fin, toda una serie de medidas anti-obreras.
 
No es de extrañarse, entonces, que se susciten movilizaciones masivas de los trabajadores ante dichos ataques,  una consciencia más elevada por parte de los obreros en cuanto a sus intereses de clase, su combatividad, o las revueltas en un principio con verdaderos contenidos de clase que sacuden Oriente medio y el norte de África, llevadas a cabo por parados, jóvenes en su mayoría que no vislumbran en este sistema futuro alguno, empujados por las condiciones más precarias, exigiendo mejoras a sus condiciones de vida, mejores salarios, libertad…
Bajo este contexto de crisis, la burguesía mexicana, lleva al cabo las mismas medidas que el resto de las burguesías le vienen asestando a los obreros.

Para la burguesía mexicana, acrecentar el flujo de sus exportaciones- el cual constituye una parte considerable en su motor económico, cuando menos desde las últimas dos décadas- encaminadas en un 85% a los EUA,  así como estimular la inversión privada en el país, es decir lo que se conoce mundialmente como competitividad.

Más, dicha competitividad, lejos de resultar menguada  la utilidad mezquina de los capitalistas, el Estado necesita ejecutar medidas encaminadas a este fin y, esto solo puede lograrse mediante el “abaratamiento de la mano de obra”. En dichas circunstancias, la burguesía y su Estado pretenden imponernos a los trabajadores las medidas más reaccionarias para poder asegurar la continuidad de su sistema de explotación, medidas sintetizadas en su reforma laboral.

La burguesía mexicana ha anunciado a los cuatro vientos que dicha reforma trata de generar empleo entre los jóvenes, seguridad social… que al fin de cuentas son reformas a la Ley Federal de Trabajo (LFT) que se ajustan a la realidad, pues a decir verdad, dichas reformas, a fin de cuentas viene a legalizar medidas que en la práctica se vienen imponiendo por todos lados.
Mas, lejos de proporcionar  mejoras a las condiciones de trabajo para los trabajadores, lo que trata es de “flexibilizar” el mercado laboral para ser competitivos en el mercado mundial. Y ¿cómo se llega a esto? Repetimos, mediante el abaratamiento de la mano de obra. Y eso ¿qué significado tiene para nosotros?

-Significa que, según lo contemplado en dichas modificaciones el patrón no tiene obligación alguna de ocuparnos las 8 a 12 horas que actualmente sucede, ahora esto estará determinado según lo determine la propia necesidad de productividad, es decir, si el patrón ve un  reflujo en cuanto a “la materia de trabajo” basta con reducir el tiempo a la jornada de trabajo a la mitad, a su cuarta parte y con ello el salario.

-Se legaliza la subcontratación, que es la relación de trabajo en la cual somos peor pagados y nulos los derechos, y por supuesto, mediante esto, los patrones evaden sus responsabilidades.

-Se facilita el despido al admitirse nuevas causales del mismo, además de liberar a los patrones de la responsabilidad de dar aviso o prueba alguna que justifique dicho despido. Y en dicho caso de despido injustificado, se reduce a un año el tiempo en el cual el trabajador puede obtener salarios caídos.
-Se establecen nuevas formas de contratación, como puede ser “el periodo de prueba” y el “contrato de capacitación inicial”, para que el capitalista pueda evaluar nuestro desempeño y ratifique si cumplimos sus mezquinas necesidades antes de contratarnos definitivamente, y estos contratos en la realidad pueden durar para cuando quieran. Y con ello, claro está, la imposibilidad de ir adquiriendo antigüedad y otras prestaciones.
También se pretende la implantación de contratos para “la realización de tareas discontinuas y por temporada”, para que nos exploten solo mientras sea necesario y nos empujen a las filas del desempleo sin pago cuando crean conveniente.

-Nuestro salario variaría continuamente en base a la productividad, ósea, estaría determinado según la riqueza que el patrón considere le generamos, y no, mediante las horas trabajadas.
En fin, estos son algunos de los puntos que se pretenden añadir a la LFT, un sanguinario ataque que la burguesía pretende asestar a los trabajadores, medidas que se vienen imponiendo por todo el mundo.

Ante tales circunstancias, ante tales medidas, el proletariado no le queda más que responder con la lucha de clase, autónoma, unificada, brotada de la mas plena consciencia que esta lucha si se quiere ver avanzada, debemos emprenderla nosotros mismos, sin delegarle el timón del combate a los partidos , tanto de izquierda como de derecha, así como a los sindicatos y demás organizaciones que en la práctica sirven a los intereses de los patrones y su gobierno, entorpeciéndonos, asfixiando las luchas, reconciliando.

Debemos retomar la confianza en nuestra clase, en con nuestros hermanos de clase  para el combate, forjando en nuestros centros de trabajo, en las aulas de las escuelas, en las calles, en los barrios, discusiones, donde todos participemos y analizar las medidas que creamos convenientes emprender, organizándonos, para demostrarle a la burguesía que jamás permitiremos que se nos impongan medidas que atentan un mas contra las ya de por si precarias condiciones de vida de nuestra clase, retomando la confianza en el combate, la unidad y claridad que nos permita abrir el camino para destruir  de una vez por todas el sistema capitalista que, es afín de cuentas quien garantiza nuestra condición de esclavos asalariados, de explotados y oprimidos, para forjar un sistema humano que este acorde a nuestras necesidades humanas y no, como dentro de la presente estructura económico, político social,  en función de la utilidad de los capitalistas. Un sistema que garantice la igualdad dentro los seres humanos, una sociedad pues, sin clases, una sociedad humana, una sociedad comunista. Y esto solo podremos alcanzar mediante la lucha de clases.

Organicémonos, pues! Respondamos organizadamente como una clase, empleados formales e informales, desempleados, estudiantes, jubilados contra la avanzada de la burguesía y su Estado.
Contra la reforma laboral, Huelga General!



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